Tu mujer

Por años evite e incluso critique a todo aquel que dijera "tu mujer".
Siempre argumente que en realidad no podía llamarla así, por no tener una real pertenencia de ella.
Dije que ella no era mi propiedad, que no había razón para usar ese adjetivo tan egoísta.
Que no podía darme el lujo de aprisionarla con esos títulos, que ella era tan libre como el aire.

Hoy me doy cuenta que la situación es diferente.
No puedes llamar a alguien “tu hombre” o “tu mujer” y creer que es solo por pertenencia.
Tu hombre o tu mujer son tuyos, porque son tus compañeros.
Como en una sociedad sin contratos, cumpliendo con su papel asignado.
Son tus confidentes y tus aliados en la obra de la vida.
Tus amigos y tus pilares en tu camino.

Tu mujer es tu mujer no porque la poseas.
Porque decide ser tuya para levantarte, apoyarte, enseñarte y amarte.
Porque deja de ser una parte de ella, para ser parte de ti.
Porque se olvida de ella, para que la recuerdes tú.
Porque se pierde ella, para salvarte a ti.
Porque tú crees que la buscaste y la ganaste...
Pero ella decidió elegirte a ti, para que fueras su compañía.

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Dame una rebanada del pan de tu alma.